Castilla y León
El mejor plan es que no hay plan, lema de vida y fácil de aplicar cuando se dispone de una maite.
Improvisamos tres amigas un plan de un día para otro, ideas: algo de senderismo y naturaleza, turismo rural, visitar alguna ciudad, disfrutar de gastronomía y por qué no, salir a tomar unas copas alguna noche ¡un poco de todo!
Cogimos la maite y pusimos rumbo a Ávila, ciudad que no conocíamos. Aparcamos junto a la muralla y casco antiguo y pudimos visitar a pie todo el centro histórico andando. Visita cultural, comida, paseo…
Al anochecer nos montamos en la maite y nos acercamos a la Sierra de Gredos a dormir para hacer al día siguiente una ruta por la zona.
Aparcamos en un parking (8RWG+82, 05634 Hoyos del Espino, Ávila) para caravanas (accesible, llano y tranquilo) en Hoyos del Espino, a 5km del inicio de la ruta del día siguiente y cenamos en la maite.
Tras un buen desayuno en la maite fuimos al inicio de la ruta (San Juan de Gredos, 05633, Ávila) e hicimos un trecking de unas 5-6h hasta la Laguna Grande, parando en el refugio de la Laguna a tomar un caldo calentito. La ruta no resultó complicada aunque con desnivel sobre todo en la primera parte, el camino estaba bien señalizado pero el sendero era una vía romana por lo que era bastante pedregoso e incómodo. Hicimos ruta completa y circular porque aunque hacía frío, todavía no había hielo y nieve como puede ser habitual en la zona.
Al acabar el trecking, nuestra idea era seguir recorriendo Ávila pero la previsión de lluvias nos hizo decidir en cuestión de minutos ir hacia la zona de Béjar, ¡ventajas de llevar la casa “sobre ruedas”! así que con la app “Park4Night” buscamos rápidamente un parking 4C (Carretera de Castañar 5, Béjar) a las afueras de la ciudad donde ducharnos, pasar la noche, vaciar y llenar depósitos de agua, etc. Y de paso visitar la ciudad y cenar.
Al día siguiente, con Wikiloc buscamos una ruta más breve para hacer por la zona y aparcando junto a la Plaza de Toros de la ciudad (Béjar, 37700, Salamanca), iniciamos una ruta circular muy bonita por el bosque y río parando a tomar un refrigerio en Candelario, pueblo muy recomendable para visitar.
Al finalizar la ruta, allí mismo en la maite, nos duchamos y comimos para por la tarde poner rumbo a Salamanca.
En Salamanca aparcamos en Parking de Salamanca (Paseo de San Gregorio 48, Salamanca) cerca del centro al que simplemente cruzando un puente llegamos andando. Pudimos visitar la ciudad, descubrir los secretos más famosos de sus fachadas y disfrutar de sus bares y ambiente universitario nocturno. Cenamos en un bar de riquísimas tapas muy recomendable, el “Wine Lovers”.
Al día siguiente, tras desayunar, pusimos rumbo a casa, habiendo disfrutado muchísimo de la experiencia una vez más y pensando ya en la siguiente escapada en una maite.